martes, 7 de julio de 2015

Milagros cinematográficos.

Bueno, a los que estáis ahí: gracias por quedaros.
Y a los que no estáis: gracias por no molestar.

De vez en cuando hacen falta sentarse delante de la tele (no mucho pero oye, que a veces pasa) y quiero compartir con vosotros lo que a mí me llama a sentarme y comportarme como buena humana de vez en cuando al poner la tele.

Aquí van, cogedlos rápido que se escapan.


    • Amélie.
               Si crees que los milagros son cosas inalcanzables y que los soñadores
               son escépticos que se desviven por imaginar cosas imposibles... entonces lo siento
               pero esta película no es para ti.
              
               Si por  el contrario crees que existen pequeñas salvaciones por las que merece la
               pena vivir, entonces bienvenido a la mayor de ellas.
    

     

     
     
    • Moulin Rouge.
              En un teatro/burdel parisino, una cortesana se muere por alcanzar la libertad y un escritor
              inglés se desvive por atar su corazón a alguien. Dos almas tan diferentes no podrían pretender
              otra cosa que repelerse y sin embargo, benditas sean las raras excepciones.
     
              Para personitas que adoren la música y el amor.
     
               
    • El club de los poetas muertos.
            Es bastante antigua, pero sigue conservando el brillo que tenía.
             Demasiado bonita para describirla, solo diré que si crees en la libertad de pensamiento y las palabras,
           entonces esta es tu película.
             

    miércoles, 24 de junio de 2015

    Suspiros.

    Hoy traigo un desastre escrito por mí. Es la primera vez que dejo plasmado algo que ha salido de mi cabeza en internet, así que espero no equivocarme al hacerlo.
    Espero que no os disguste.

    Ahora que hace demasiado frío fuera para que los ángeles puedan volar, la música ha decidido ocupar el lugar en mi corazón en el que solías sentarte tú, las palabras son lo único que tengo para ofrecer y he admitido que después del naufragio no sirve de nada estar triste, sólo me quedan los momentos de esperanza que me ofrece el invierno.
    ¿Qué es realmente vivir? ¿Consiste solo en inspirar oxígeno y expulsar dióxido de carbono o de verdad hay algo más detrás de eso?
    Voy a empezar a decir que sí, porque si no lo hago no sé qué va a ser de mi luz. Si es que todavía me queda algo que pueda brillar dentro de mis ojos.
     
    Creo firmemente en que la vida no se mide en el número de respiraciones que podemos consumir, sino en los momentos escasos que te quitan el aire. Suelen ser instantes tan breves que ni siquiera te das cuenta de su presencia hasta que ya se han ido; pero entonces se te olvida cómo volver a vivir tus respiraciones como solías hacerlo antes y ya es demasiado tarde para volver a tu antigua monotonía.
     
     
    Si alguna vez encontráis a alguna persona así, que cambia tu vida o a ti mismo cuando aparece, no dejéis que se  vaya del todo. Intentará marcharse por todos los medios porque las personas suspiro (como me gusta llamarlas) son así, pero no permitáis que se os escapen.

    Al final, si sois pacientes y cautelosos, siempre acaban regresando a vosotros cuando necesitan luz, oscuridad pura o alguien que soporte sus tormentas sin quejarse de los cristales rotos.

    jueves, 18 de junio de 2015

    Bukowski.

    Hoy quería hablaros sobre un demonio mágico que rociaba el mundo con poesía dura que ametralla corazones. Ojalá lloréis hasta inspiraros.



    Si consideramos lo que puede verse:
    Motores que nos vuelven locos
    Amantes que acaban odiándose
    Ese pescado que en el mercado
    Mira fijamente hacia atrás adentrándose
    En nuestras mentes
    Flores podridas, moscas atrapadas en telarañas
    Motines, rugidos de leones enjaulados
    Payasos enamorados de billetes
    Naciones que trasladan a la gente como peones de ajedrez
    Ladrones a la luz del día con maravillosas
    Esposas y vinos por la noche
    Las cárceles atestadas
    El tópico de los parados
    Hierba moribunda, fuegos insignificantes
    Hombres suficientemente viejos como para amar la tumba.

    Estas y otras cosas
    Demuestran que la vida gira en torno a un eje podrido.
    Pero nos han dejado un poco de música
    Y un póster clavado en el rincón
    Un vaso de whisky, una corbata azul
    Un delgado volumen de poemas de Rimbaud,
    Un caballo que corre como si el diablo le estuviera
    Retorciendo la cola
    Sobre la hierba azul y el griterío
    Y después, de nuevo, el amor
    Como un coche que dobla la esquina
    Puntual
    La ciudad a la espera
    El vino y las flores
    El agua corriendo a través del lago,
    Y verano e invierno y verano y verano
    Y de nuevo invierno.
     
                                                        El pájaro azul.
    Hay un pájaro azul en mi corazón que
    quiere salir
    pero soy duro con él,
    le digo quédate ahí dentro, no voy
    a permitir que nadie
    te vea.
    Hay un pájaro azul en mi corazón que
    quiere salir
    pero yo le echo whisky encima y me trago
    el humo de los cigarrillos,
    y las putas y los meseros
    y los dependientes de ultramarinos
    nunca se dan cuenta
    de que está ahí dentro.
    hay un pájaro azul en mi corazón que
    quiere salir
    pero soy duro con él,
    le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres
    hacerme problemas?
    ¿es que quieres joder
    mis obras?
    ¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros
    en Europa?
    hay un pájaro azul en mi corazón
    que quiere salir
    pero soy demasiado listo, solo lo dejo salir
    a veces por la noche
    cuando todo el mundo duerme.
    le digo ya sé que estás ahí,
    no te pongas
    triste.
    luego lo vuelvo a introducir,
    y él canta un poquito
    ahí dentro, no le he dejado
    morir del todo
    y dormimos juntos
    así
    con nuestro
    pacto secreto
    y es tan tierno como
    para hacer llorar
    a un hombre, pero yo no
    lloro,
    ¿lloras tú?
     

    Sobre palabras y sueños.

    Quiero pensar que si estáis aquí es por voluntad propia. Que de verdad sentís los libros en las entrañas y las palabras en el rincón del corazón en el que guardáis con las canciones de madrugada y los susurros entre sábanas de algodón.

    Estoy intentando concienciarme para escribir en este amago de blog, para intentar compartir con vosotros un poco de mi locura. Intentaré no cansarme pronto, pero no prometo nada.

    Y si habéis leído esto hasta el final, dejadme regalaros una palabras:
    Gracias.